Es el titulo que lleva la portada del periodico deportivo
"ESTO" de el lunes 1 de febrero de 1965.
El regiomontano Raúl García, se lleva la portada, por
su triunfo, por la faena de indulto al toro "Comanche"
de la ganadería de Santo Domingo, en la Plaza México.
El cartel de ese domingo fue César Girón, Victoriano
Valencia y Raúl García, con 6 castaños de la ganadería
de Santo Domingo.
La reseña de el triunfo de Raúl García, del periodista
Juan de la Marchena dice:
Pero salió el sexto, alegre, pronto y de una nobleza ex-
cepcional y Raúl García lo aprovecho desde que saltó a
la arena. No dejó que lo tocaran sus peones y en los me-
dios veroniqueó, prendiendo un entusiasmo que no se
apagó hasta que dejó de torear al archinoble "Comanche"
La revolera con que remató su tanda de verónicas embo-
rracho a la plaza entera. Enseguida se echó el capote a la
espalda, con majestad "garcista" - al fin regiomontano -
y las gaoneras sedeñas se sucedieron unas a otras. Quitó
por chicuelinas templadisimas y pidió el cambio de tercio
con un solo puyazo, pues el de Santo Domingo de maravi-
llosa nobleza, no tenía mucha fuerza. Ofreció banderillas
a César Girón - y luego dicen que los de Monterrey no
dan nada -, y el venezolano salió por delante, para clavar
un par al cuarteo. Siguió Raúl y en la misma suerte dejó
un par magnífico y cerró con un quiebro a cabeza pasada.
Hincó las dos rodillas y con tres muletazos por alto, tore-
ando y mandando y pasandose los pitónes por la pechera
inauguró su faena triunfal. De pie, se puso a torear con
más tranquilidad con más gusto y recreandose más y más
en cada muletazo que si estuviera toreando de salón.
Los ayudados por abajo se continuaban, perfectamente
eslabonando y los pases naturales, en un palmo de terre-
no eran un circulo y otro más. Y el noble "Comanche"
iba y venía, sumiso y obediente a la muleta, cuantas ve-
ces lo llamaba el de Monterrey. El pase de costado, cam-
biando el viaje en la propia cara tan de moda, lo hizo Raúl
con insuperable perfección. Los pases de la firma y los de
pecho, en fin cuanto quiso García, lo hizo impecablemente
midiendo con admirable temple aquella candorosa embes-
tida sin sombra de malicia que enterneció a muchos cora-
zones y los pañuelos se agitaron pidiendo el indultó del
dulce y bondadoso "Comanche". Aún antes de que el li-
cenciado Pérez Verdía otorgara el indulto Raúl entró a
matar... sin estoque, llegando con la mano al pelo.
Se generalizó la petición en favor del astado. Ondeó el
pañuelo blanco del juez de plaza y con muletazos por
delante, Raúl García llevó a su noble amigo hasta la
puerta de toriles, que se abrió para que volviera a los
corrales ese "Comanche" que, seguramente habrá de
converirse en musulmán en las dehesas donde nació.
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| Raúl García, paseando las orejas y rabo simbolicas por el indulto a "Comanche" de Santo Domingo. |
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